Hay algo que nos rige a todos en esta vida y es el ser felices. Sin embargo la felicidad no es la misma para ningún ser humano.
Es una palabra muy amplia, que encierra muchos motivos, variados y personalizados. Materializar la felicidad, o responsabilizar a alguien más de ella, es lo que nos hace inmensamente infelices, lo que para algunos es bueno no necesariamente lo es para el otro.
Lo malo es que mientras buscamos esa plenitud total, nos perdemos de las pequeñas cosas que nos llevan a llegar allí. Los detalles diarios que dejamos pasar, y están siempre en nuestras vidas.
No creo que la felicidad se encuentre en una pareja, en una carrera, en los hijos, el trabajo, la casa, allí la buscamos desesperadamente, sin saber que no importa quién te rodee o lo que tengas, nada es suficiente si no se siente. Para mí la felicidad está en los sentidos, ese es el canal por donde puede entrar a nosotros esa sensación de bienestar que provoca una sonrisa.
La visión… ¿cuánto nos puede llenar el ver las cosas bellas de la vida?, ver nacer a un niño, ver al ser amado, ver a los ancianos, ver la perfección en una simple y pulcra concha de mar. Observar no es solo mirar, es sentir con los ojos, es intentar llegar al alma de los otros con una mirada. Hay tanto por ver, tanto por descubrir, palabras por leer, paisajes que apreciar, personas que admirar.
El olfato… percibir la frescura de la mañana, respirar la brisa del mar, la piel del ser amado, ¿porque no? hasta el humo del cigarro guarda cierto encanto, los olores mas delicioso los guardamos en la memoria y de allí emanan cuando queremos recordar un lugar, una persona. Los olores… también sentimos a través de ellos, nos transportan a la infancia, nos hacen vibrara cuando son nuevos, el libro recién abierto, el carro nuevo, el perfume que toca por primera vez la piel y no puedes dejar de oler, aromas que se transforman con el tiempo y se personalizan para conservarse.
El tacto…no hay mayor felicidad que poder tocar lo que se quiere, poder abrazar, besar sentir, llenarse las manos y la piel de infinitas caricias, y repartirlas. Esto olvidamos hacerlo y perdemos tanta felicidad! Un solo abrazo puede llenar tu día con una sonrisa, y no lo damos. No, si no es que la gente sea infeliz, es que buscan lejos de un contacto la felicidad.
El gusto… es placer, el placer es felicidad, sino porque en el momento más triste, cuando nada parece alegrarnos, una barra de chocolate nos devuelve una sonrisa. Deberíamos traer una siempre en la bolsa, guardar una en la oficina, nunca olvidarnos de llevar unas cuantas a la casa, es simple a la salida del supermercado están allí en las cajas, es la única forma de felicidad que se puede comprar empacada y también la dejamos a un lado, y sin duda nos amargamos.
La audición… hasta el silencio tiene su propio sonido, puedes estar solo y no necesitas mas para escucharte, y saber que existes, escuchar tu corazón latir, la madera o la tierra que pisas, el aire, y todo lo que no puedes ver, se puede escuchar. Aquí deberían de hacer una pausa aquellos que no creen en la felicidad, detenerse, cerrar los ojos y escuchar. Solo debemos prestar atención, y siempre está allí en esa canción que alegra el día, en los buenos día del anciano, en los pasos y risas de los niños, en un te amo.
Es fácil ser feliz. Solo se necesita, llegar al alma con una mirada, oler todo como si fuera nuevo, dar un abrazo, comer un chocolate, y permanecer en silencios para escuchar cómo suena la felicidad.
Que dificil es darse cuenta que podemos ser felices con el minimo contacto de nuestros sentidos, aunque estamos en esta busqueda constante posiblemente lo que nos haga falta es dejar de buscar y creer en la felicidad que tenemos latente
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