martes, 17 de abril de 2012

VERDADERA AMISTAD




Se dormían temprano, con la esperanza de que pasara rápido la noche y con el día empezaran las travesuras. Apenas amanecía corrían a encontrarse en la playa.
Sin duda aquellos chiquillos eran los mejores amigos que podían existir, tenían una especie de código para hablarse que los unía y separaba del resto de los niños, que no los entendían y jamás los integraban a sus juegos.  Entre sus diversiones favoritas estaba fingir que razonaban como los adultos imitando sus actitudes, claro, sin que estos lo notaran. Podían pasar horas platicando y riendo
El verano terminó, uno de ellos debía regresar a la ciudad con su familia. Al despedirse sellaron una promesa, de una u otra forma algún día se volverían a ver.
El tiempo pasó, ambos crecieron,  se dieron cuenta de que eran imaginarios y no pudieron verse nunca más.




1 comentario:

  1. Bien,

    Me gusto mucho.
    La inocencia, no siempre se sabe quien empuja a quien a perderla.

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